Babeo
Es la saliva que fluye por fuera de la boca.
Consideraciones
El babeo generalmente es causado por:
- Problemas para mantener la saliva en la boca
- Problemas con la deglución
- Demasiada producción de saliva
Algunas personas con problemas de babeo presentan un mayor riesgo de inhalar saliva, comida o líquidos hacia los pulmones. Esto puede causar daño si hay un problema con los reflejos normales del organismo, como el reflejo nauseoso y de la tos.
Causas
Algo de babeo en bebés y niños que empiezan a caminar es normal y puede ocurrir con la dentición. El babeo en bebés y niños pequeños puede empeorar con los resfriados y alergias.
El babeo puede suceder si el cuerpo produce demasiada saliva. Las infecciones pueden causar esto, entre ellas:
- Mononucleosis
Mononucleosis
Es una infección viral que causa fiebre, dolor de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos, con mayor frecuencia en el cuello.
Lea el artículo ahora Marcar el artículo como favorito - Absceso periamigdalino
Absceso periamigdalino
Es una acumulación de material infectado en la zona alrededor de las amígdalas.
Lea el artículo ahora Marcar el artículo como favorito - Amigdalitis estreptocócica
Amigdalitis estreptocócica
La amigdalitis estreptocócica es una enfermedad que causa dolor de garganta (faringitis). Es una infección con bacterias llamadas estreptococos del ...
Lea el artículo ahora Marcar el artículo como favorito - Infecciones sinusales
- Amigdalitis
Amigdalitis
Es la inflamación (hinchazón) de las amígdalas.
Lea el artículo ahora Marcar el artículo como favorito
Otras afecciones que pueden causar demasiada saliva son:
- Alergias
- Pirosis o ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico)
- Intoxicación (especialmente por plaguicidas)
- Embarazo (puede deberse a efectos secundarios de embarazo como náuseas o reflujo)
- Reacción al veneno de serpientes o insectos
- Adenoides inflamadas
- Uso de ciertos medicamentos
El babeo también puede ser causado por trastornos del sistema nervioso que dificultan la deglución. Algunos ejemplos son:
- Esclerosis lateral amiotrófica o ELA
- Autismo
- Parálisis cerebral (PC)
- Síndrome de Down
- Esclerosis múltiple
- Mal de Parkinson
- Accidente cerebrovascular
Cuidados en el hogar
Los helados u otros objetos fríos (como el pan ácimo congelado) pueden servir para los niños pequeños que babean mientras les salen los dientes. Tenga cuidado para evitar el ahogamiento cuando un niño utiliza cualquiera de estos objetos.
Para aquellos con babeo crónico:
- Los cuidadores pueden tratar de recordarle a la persona que mantenga sus labios cerrados y el mentón hacia arriba.
- Reduzca los alimentos azucarados, ya que pueden aumentar la cantidad de saliva.
- Esté atento a la ruptura de la piel alrededor de los labios y en el mentón.
Cuándo contactar a un profesional médico
Comuníquese con su proveedor de atención médica si:
- No se ha diagnosticado la causa del babeo.
- Hay preocupación sobre las náuseas o el ahogamiento.
- Un niño tiene fiebre, dificultad respiratoria o mantiene su cabeza en una posición extraña.
Lo que se puede esperar en el consultorio médico
Su proveedor llevará a cabo un examen físico y hará preguntas acerca de los síntomas y la historia clínica.
Las pruebas dependen de la salud general y otros síntomas de la persona.
Un logopeda puede determinar si el babeo aumenta el riesgo de inhalación de alimentos o líquidos hacia los pulmones. Esto se llama aspiración. Un logopeda puede proporcionar información sobre:
- Cómo sostenerle la cabeza
- Ejercicios para los labios y la boca
- Estimularlo a tragar con más frecuencia
El babeo causado por problemas en el sistema nervioso puede manejarse a menudo con fármacos que reducen la producción de saliva. Se pueden probar diversas gotas, parches, píldoras o medicamentos líquidos.
Si usted tiene babeo intenso, el proveedor puede recomendar:
- Inyecciones de toxina botulínica (Botox)
- Radiación a las glándulas salivales
- Cirugía para extirpar las glándulas salivales
Revisado por
Linda J. Vorvick, MD, Clinical Professor, Department of Family Medicine, UW Medicine, School of Medicine, University of Washington, Seattle, WA. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Nicholson AM, Hess JM. Esophagus, stomach, and duodenum. In: Walls RM, ed. Rosen's Emergency Medicine: Concepts and Clinical Practice. 10th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2023:chap 75.
Ostrem JL, Okun MS. Parkinsonism. In: Goldman L, Cooney KA, eds. Goldman-Cecil Medicine. 27th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2024:chap 378.
Slavotinek AM. Dysmorphology. In: Kliegman RM, St. Geme JW, Blum NJ, Shah SS, Tasker RC, Wilson KM, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 21st ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 128.
Weiss AK, Balamuth FB. Triage of the acutely ill child. In: Kliegman RM, St. Geme JW, Blum NJ, Shah SS, Tasker RC, Wilson KM, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 21st ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 80.